En una esquina de Zacatecas, México, un pequeño restaurante de comida mexicana se convirtió en un espacio lleno de color, tradición y eficiencia. Se llama El Cochinerito, y su creadora, Paula González, lo define con una sonrisa: “Nació por mi gusto por la cocina, la comida y por todas las combinaciones que se pueden hacer.”
Desde hace dos años, El Cochinerito invita a probar el auténtico sabor del cerdo en todas sus formas, con recetas inspiradas en la gastronomía mexicana y una ambientación que celebra su origen.
“Nuestra temática está inspirada en México, en Zacatecas, en los colores y principalmente en los cochinitos. Nuestros platillos, nuestros nombres, todo tiene relación con ellos.”
En El Cochinerito, la estrella indiscutible es la cochinita pibil, aunque los clientes también regresan una y otra vez por su variedad de salsas caseras. Cada plato está pensado para rescatar los sabores más representativos del país y adaptarlos a todos los gustos.
“Lo más importante para nosotros es poder satisfacer los antojos de nuestros clientes”, cuenta Paula. “Nos encanta que se vuelvan clientes frecuentes, que tengan su mesa favorita, su platillo favorito. Eso nos hace sentir que estamos haciendo las cosas bien.”
El crecimiento del restaurante trajo nuevos desafíos, sobre todo en los horarios de más trabajo. “Nuestro momento más caótico suele ser en las mañanas, cuando empiezan a llegar los clientes y entran los pedidos en línea o para retirar”, explica Paula.
Durante mucho tiempo, todo se manejaba con comandas escritas a mano, lo que generaba errores y confusiones. “A veces no sabíamos qué decía o a qué cliente correspondía”, recuerda.
La solución llegó con Fudo, que permitió digitalizar por completo la operación: “Con la implementación de Fudo hemos podido agilizar todo el sistema. Los pedidos entran directamente a la computadora y aparecen en el monitor de cocina, ordenados y claros.”
Uno de los mayores cambios llegó con la Tienda Online de Fudo. Antes, los pedidos se tomaban por WhatsApp o por teléfono, lo que consumía tiempo y energía. “Teníamos que explicarle al cliente cuáles eran los platillos, los ingredientes, los precios era lento”, cuenta Paula.
Hoy, todo es más simple: “Con la tienda en línea, los clientes pueden ver los costos, los ingredientes y hacer su pedido fácilmente, ya sea para recoger o para entrega con nuestros repartidores.”
El cambio fue tan natural que se convirtió en una ventaja competitiva: los pedidos se procesan más rápido, la cocina trabaja con precisión y los clientes disfrutan de una experiencia fluida y moderna, sin perder el toque casero que caracteriza al lugar.
El Cochinerito es, en esencia, un homenaje al sabor mexicano y a la hospitalidad de su gente. Pero también es un ejemplo de cómo la tecnología puede potenciar un negocio sin quitarle su esencia.
“Fudo nos ha ayudado a llevar una mejor gestión del restaurante —dice Paula—, desde el registro de ventas y gastos hasta el servicio al cliente. Gracias a eso, hoy podemos enfocarnos en lo más importante: que cada persona que venga se vaya feliz.”
El Cochinerito combina lo mejor de dos mundos: el sabor tradicional de México y la eficiencia de una gestión moderna.
Con Fudo detrás de escena, cada pedido, cada salsa y cada sonrisa fluyen al ritmo perfecto.