Hace 9 años, el panorama gastronómico chileno tenía una deuda pendiente con la comunidad celíaca: la posibilidad de disfrutar de la cocina asiática de manera segura. Esta es la historia de cómo los Fuders de Quimey Sushi Fusión transformaron ese vacío en una oportunidad, convirtiéndose en el primer restaurante de sushi sin gluten de Chile.
El desafío era monumental: ¿cómo recrear los sabores auténticos de la gastronomía japonesa eliminando por completo el gluten? La respuesta llegó a través de la innovación y la perseverancia. "El secreto está en el almidón de maíz, almidón de mandioca, puré de papas y goma xantana... con mucha paciencia y amor", comparte el equipo de Quimey.
Cada elemento tradicional requirió un proceso meticuloso de adaptación. La salsa de soya, ingrediente fundamental en la cocina asiática, fue reemplazada por el tamari certificado. Pero el verdadero hito llegó con la creación de las gyozas sin gluten, un producto único en el mercado chileno que requirió innumerables pruebas hasta alcanzar la perfección.
Lo que comenzó como un proyecto pionero en sushi sin gluten ha evolucionado hacia un concepto más amplio de cocina fusión segura para celíacos. "Nuestra carta ha crecido por la gran necesidad que hay en Chile. Existen muy pocos restaurantes aptos celíacos", explican. Hoy, su menú incluye más de 100 opciones que van desde la cocina japonesa tradicional hasta innovadoras creaciones que fusionan sabores y técnicas.
El compromiso con la inclusión va más allá de eliminar el gluten. El restaurante se adapta a las restricciones de cada cliente, ofreciendo opciones veganas, alternativas sin proteína de leche de vaca (APLV), y menús especiales para personas con alergias alimentarias y embarazadas. "Trabajamos por una alimentación inclusiva", afirman con orgullo.
La clave del éxito de Fuder Quimey no radica solo en sus recetas innovadoras, sino en su compromiso inquebrantable con la seguridad. Su protocolo incluye:
De una locación en Santiago a su reciente expansión en Viña del Mar, Quimey Sushi Fusión demuestra que la cocina étnica puede ser completamente inclusiva sin sacrificar autenticidad ni sabor. La apertura de su sucursal en Viña del Mar hace seis meses trajo nuevos desafíos emocionantes: desarrollar una coctelería y pastelería completamente libre de gluten. "Estamos muy felices porque hemos logrado excelentes productos", comparten con entusiasmo.
"El secreto es amar lo que haces, usar insumos certificados y probar una y otra vez para ir mejorando", afirman desde el restaurante. Este emprendimiento familiar no solo ha abierto las puertas de la gastronomía asiática a la comunidad celíaca, sino que ha establecido un precedente importante: con dedicación, innovación y compromiso, cualquier cocina puede adaptarse para ser segura e inclusiva.
La revolución del sushi sin gluten en Chile es más que una historia de éxito empresarial; es un testimonio de cómo la pasión por la gastronomía puede derribar barreras y crear nuevas posibilidades para todos los amantes de la buena comida.
¿Te gustaría probar sushi sin gluten?