08/07/2025Lectura: 8min
En la oficina de Fudo Buenos Aires existe una pregunta que se repite cada día a las 12:00: "¿Qué almorzamos?". Y la respuesta, en el 90% de los casos, es siempre la misma: "Luiyi".
Luiyi es esa rotisería que todos queremos tener cerca: buena, bonita, barata y confiable. El lugar donde sabés que vas a comer rico, te van a atender bien y nunca te van a fallar. Por eso, desde que abrimos la oficina hace años, se convirtió en nuestro lugar favorito.
Pero esta historia tiene un plot twist que ni nosotros nos esperábamos.
Cada vez que el equipo iba a buscar el pedido inevitablemente terminaba conversando con Cris, la dueña de Luiyi, sobre sistemas de gestión.
"Venían los chicos a comprar muchas veces en la semana, y me preguntaban siempre qué sistema teníamos", recuerda Cris con una sonrisa. "Y muchas veces me ofrecieron cambiar de sistema, pero bueno, me daba miedo."
Durante cuatro años, la rutina fue siempre la misma: pedido, charla amigable, oferta de Fudo, y un "no, gracias, ya tenemos sistema" por respuesta. Hasta que un día, todo cambió.
"El sistema que usábamos anteriormente hizo una actualización del programa, y era muy difícil facturar, no podía usar las dos impresoras como estaba usando antes", cuenta Cris. "Se complicó, y es como que tuve que aprender de nuevo a usar un sistema que ya tenía hace cinco años."
Ahí fue cuando Cris empezó a pensar en esos chicos que venían todos los días, que conocían su negocio, que habían sido clientes fieles durante años. Y decidió escuchar.
Lo que más le preocupaba a Cris era la complejidad del cambio. "Pensé que iba a ser muy difícil cargar todo al nuevo sistema, y también enseñarles a todos. Somos cinco personas las que manejamos el negocio."
Pero la realidad lo sorprendió completamente: "Fue muy fácil. En realidad, me arrepiento de no haber cambiado antes."
Para Luiyi, que vive de un teléfono que no para de sonar y pedidos de WhatsApp constantes, poder cargar desde cualquier dispositivo fue un gran cambio. "Para nosotros es fundamental tener muchos lugares de dónde cargar pedidos. Tengo 5 personas que a veces están esperando una compu para cargar. Ahora se puede cargar en el celular, en una tablet."
Pero si algo destaca Cris de toda esta experiencia es el acompañamiento que recibió. "A Paula a veces le mandaba mensajes a las seis de la mañana y ella siempre me contestaba, y en la parte del soporte técnico también."
"Lo mejor que tiene es la parte del servicio técnico y el acompañamiento. Porque uno se cambia, no sabe nada, puede mandar audios, puede escribir, de cualquier forma le contestan, y eso es muy importante, muy valorable”, afirma.
Hoy, cuando el equipo de Fudo llega a Luiyi, ya no hay charla sobre sistemas. Hay sonrisas cómplices, saludos y la tranquilidad de saber que estamos todos del mismo lado.
"Los chicos estaban felices, y yo también", dice Cris. Y es que hay algo hermoso en esta historia: la paciencia, la persistencia con cariño, y el respeto por los tiempos del otro.
Luiyi sigue siendo nuestro lugar favorito para almorzar. Pero ahora también es mucho más que eso: es un recordatorio diario de que las mejores relaciones comerciales son, en realidad, relaciones humanas.
A veces, los mejores clientes empiezan del otro lado del mostrador.
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